En la presente semana, he superado el máximo de horas previsto para mi período de prácticas de 120 en el centro de educación secundaria Sixto Marco de Elche, de manera que esta será mi última entrada regular. En las próximas dos semanas acudiré al centro en función de las actividades que quedan por finalizar y si se requiere mi ayuda por parte de las orientadoras únicamente, de manera que complementaré mi bitácora con una última entrada que recoja esta información.
Dicho esto, esta semana se ha caracterizado por la asistencia de la mano del director del centro Alfred García tanto a la Comisión de Coordinación Pedagógica (CCP) como al Consejo Escolar, pudiendo así obtener una visión más amplia de los órganos de gobierno del centro y de cómo se conduce éste. En ambos casos ha destacado la presentación y la aprobación de los presupuestos del instituto, para luego tratar otros temas: planificación de las próximas actividades y proyectos en el centro para ambos, las propuestas del grupo de calidad en la CCP, la xarxa llibres en el Consejo Escolar, etc.
Por otro lado, esta semana también ha supuesto la conclusión de la evaluación de la inteligencia a través del BADyG-M tanto a uno de los grupos de 2ºESO que quedaba como a algunos alumnos que quedaron a mitad en su momento. Parte del tiempo también ha sido dedicado a comprobar los datos recogidos e iniciar el proceso de corrección, en la medida en que ciertos problemas técnicos me lo permitieron.
Para complementar el tiempo de esta octava semana, he participado en un par de entrevistas con alumnos del centro para resolver problemáticas del día a día y he acudido a algunas clases y talleres: en primer lugar, el taller de prevención de la violencia de género impartido para 4ºESO, una de las actividades de tutoría que considero más fundamentales actualmente; en segundo lugar, la asistencia a la primera sesión de formación para el alumnado del programa de observadores de la convivencia desarrollado desde la Comisión de Convivencia centrado en el desarrollo de la habilidad de la escucha activa; por último, la participación en las clases de Cualificación Profesional Básica con alumnado de educación especial dirigido por una maestra de pedagogía terapéutica, haciendo un trabajo encomiable por jóvenes con este perfil.
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