jueves, 8 de diciembre de 2016

¡Mamá, Mamá! En el cole me llaman maricón

A la hora de trabajar la integración LGBTI en el aula, ni los orientadores ni los profesores-tutores deberían olvidar el importante papel que juegan las familias de los alumnos. Es innegable el papel que padres y madres tienen en la educación de sus hijos a todos los niveles, de manera que la colaboración entre éstos y los docentes resulta imprescindible, pese a que aún se trata una asignatura pendiente en el sistema educativo español.

Como cabe imaginar, si los temas a tratar son de cierto calado y sensibilidad, como es el caso LGBTI, dicha colaboración es aún más relevante. Muchas veces, los adultos de nuestra sociedad no disponen de los recursos necesarios para afrontar la circunstancia de un hijo LGBTI que conlleva una adolescencia habitualmente más compleja que la de sus compañeros. El adolescente debe definir su sexualidad y/o identidad en un entorno cultural predominantemente negativo hacia la diversidad, lo cual  es extremadamente duro para ellos aunque cuenten con los apoyos necesarios. Podemos tomar como ejemplo la siguiente noticia reciente para comprobar las profundas resistencias culturales que se dan ante ello.


"Toe family" por Janine (CC-by-nc-nd)

El mayor problema para el adolescente, sin embargo, se produce cuando este tipo de actitudes intolerantes y LGBTI-fóbicas se producen en el seno de su núcleo familiar. No es ningún secreto que, pese a la búsqueda de independencia de los adolescentes, sus vínculos emocionales con la familia siguen siendo importantes e intensos, aunque deban adaptarse a las nuevas circunstancias. Para un joven LGBTI, su pensamiento ante el posible rechazo de su familia plantea que su sola existencia puede ser un motivo de ruptura familiar y ello derivar en diversos problemas de calado, que van en un continuo desde ignorar el desarrollo de su sexualidad al intento de suicidio.

Ante esta problemática, los docentes no podemos quedar al margen y es necesario intervenir en la medida de nuestras posibilidades. No debemos olvidar que no sólo es nuestro deber contribuir al desarrollo integral del alumno sino cumplir con nuestra responsabilidad civil para con ellos, de manera que ignorar a los estudiantes LGBTI en sus situaciones personales NO es una opción. En este sentido, algunas de las propuestas para trabajar la diversidad con los padres, las cuales deberían quedar recogidas en la Programación Anual y en los documentos que corresponda a la tutoría y la convivencia, son las siguientes:
  • Formación en diversidad: Una forma muy útil de plantear la cuestión de la diversidad a los padres supone organizar alguna charla-taller en la que trabajar la cuestión, tal vez incluida en un programa más amplio de educación sexual para los padres. Existen muchos mitos acerca del colectivo LGBTI en nuestra sociedad y una exposición clara de conceptos puede ser fundamental para unificar la visión de los padres y madres. Además, en estas reuniones se pueden explicitar las actitudes del centro docente ante la diversidad y los recursos que ofrecen a los padres para que puedan solicitar ayuda si la requieren. Para estimular la implicación de los padres hacia la diversidad, se pueden proponer lecturas tales como la del siguiente artículo de prensa que narra las experiencias de una madre cuyo hijo no encaja en el estereotipo social.
  • Atención individualizada: Bien sea por iniciativa de la familia, del estudiante o de los profesores, habitualmente el tutor, se pueden producir reuniones personalizadas entre ellos con el fin de tratar estos temas y no meramente los académicos. Los docentes pueden plantear las situaciones que observan en el centro respecto a la integración LGBTI del alumno o bien los padres pueden solicitar información y consejo al respecto para trabajar la circunstancia desde casa. Cada caso puede ser muy particular, tanto a nivel del estudiante como de su familia, por lo que el papel del docente formado en diversidad y de soporte para el proceso se vuelve fundamental.
  • Mediación: Puede darse el caso de que padres e hijos hayan llegado a una situación extrema con respecto a la aceptación de la diversidad en el hogar, probablemente junto con otro tipo de problemáticas añadidas. En estos casos, los profesores pueden ser el puente que favorezca la resolución de los conflictos a partir de un proceso de mediación: creando un ambiente propicio para que las partes escuchen sus demandas y se llegue a un acuerdo que satisfaga a ambos. De esta manera podemos conseguir, por ejemplo, que los estudiantes sean escuchados en ambientes intolerantes y cerrados o que los padres sean capaces de expresar sus temores y propiciar así un acercamiento entre ambos. El contrato debería quedar por escrito y recibir un seguimiento de su cumplimiento efectivo.
  • Dar la voz de alarma: Los docentes tienen una responsabilidad civil que cumplir con respecto a los alumnos de sus centros, de manera que si la situación es tan grave que la integridad física o psicológica del menor está en peligro, su deber es dar la voz de alarma a las autoridades pertinentes. Una vez agotadas todas las medidas anteriores e informadas las autoridades del centro acerca de la situación, los servicios sociales y la fiscalía de menores deberían estar al tanto de la situación e intervenir consecuentemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario